Panamá (FrenadesoNoticias) - Durante años se conocía de la situación, pero los políticos de turno preferían los cantos de sirena que anunciaban que Panamá ingresaría al exclusivo primer mundo.
El actual Gobierno no se quedó atrás, y sobre la base de una millonaria campaña publicitaria habla de megas proyectos, de ciudad gubernamental, del metro, grandes hoteles, casinos y otras obras de infraestructuras, y de pronto los panameños nos hemos quedado sin agua, deambulando por las calles con cubos y recipientes vacíos, sin poder cocinar, asearnos ni beber con seguridad el agua de la pluma de la que tanto nos enorgullecíamos.
Por la falta de agua, entre otras cosas, fueron quemados vivos por parte de la Policía Nacional, 7 jóvenes en el Centro de Cumplimiento de Menores, en medio de una protesta de los reclusos por no contar desde hacía más de 15 días con el indispensable líquido.
Claro está, la crisis ha permitido comprender las penurias que por siempre han padecido otras comunidades alrededor de la ciudad y en el interior de la república, que no tienen el mismo acceso al agua que en el centro de la ciudad capital.
Aún así veíamos el problema del agua como algo remoto, que sólo sufrían pueblos en lugares desolados y desérticos del mundo, como en África o Asia.
Estudios preocupantes que datan de 1978, no sólo hablan de la posibilidad de que los panameños no podamos consumir agua, sino que sugieren que peligra el funcionamiento mismo del Canal, en un momento en que se desarrolla su ampliación al costo de miles de millones de balboas.
Preocupado más por el Canal que por el agua potable para los panameños, Frank Wadsworth, en su artículo publicado en 1978: "La deforestación muerte del Canal de Panamá", el científico y ex director del Institute of Tropical Forestry del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, advirtió sobre el Lago Alajuela que: "El agua empleada en generar energía y el consumo doméstico drena el lago. La deforestación y el cultivo de las áreas adyacentes a las cabeceras de los ríos acentúan la pérdida de agua tanto por los vertederos (cuando hay inundaciones), como en la temporada de verano, cuando el caudal es bajo. La deforestación ha causado la sedimentación del Lago Alajuela donde hay sitios en que los sedimentos tienen 25 pies de espesor, lo que ha dado por resultado que el lago haya perdido más del 25 % de su capacidad activa de almacenamiento. Las actuales tendencias en el uso de la tierra tendrán como resultado, que para el año 2000, se perderá por sedimentación el 40% la capacidad de embalse del lago Alajuela.
"Esto significará mayores pérdidas para la navegación debido a las amplias variaciones de tolerancia y drásticas fluctuaciones en la disponibilidad de agua para energía y usos urbanos.
"...Solo los bosques pueden restaurar y estabilizar la capacidad del Canal. Aunque Madden Dam fuese elevada, se construyesen cinco represas adicionales, se trajera agua por túneles de otra parte, y se descontinuara por completo el consumo de agua y energía, el efecto de la continua deforestación sería inexorable. Tarde o temprano significaría la muerte del Canal como ruta comercial'' . Publicado originalmente en Proceedings of the U.S. Strategy Conference on tropical deforestation. U.S. Department of State y U.S. Agency for International Development, Washington, 1978. Traducción de Stanley Heckadon Moreno.
En el "Informe de Sedimentos Suspendidos del Período 1998-2007", de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), también se cita el estudio de Wadsworth:
Wadsworth, F.H., 1978
Estableció que la deforestación ha causado que la sedimentación del embalse Alhajuela dé como resultado una pérdida de más del 5% en la capacidad de almacenamiento del volumen útil y que de mantenerse las tendencias de uso de la tierra para ese entonces, tendría como resultado una pérdida del 40% en la capacidad total original de almacenamiento de agua para el año 2000 (Anexo C).
También se refirió al siguiente estudio:
Larson, C.L., 1979
Aseveró que la deforestación de bosques nativos para cultivos y pastizales está acelerando la erosión de los suelos y la sedimentación del embalse Alhajuela. Basándose en batimetrías de 1957 y de los años setenta, determinó las tasas de sedimentación para dos periodos: (1) predesarrollo de 1934 a 1973 y (2) uso actual de la tierra entre 1973 y 1978. Para el primer periodo no hubo una deforestación significativa, por lo que estimó una tasa de sedimentación de 0.937 MMC/año; mientras que para el segundo periodo con una deforestación del 18% del área de aportación de la subcuenca del embalse Alhajuela (176 km2), estimó una tasa de sedimentación de 2.595 MMC/año (Cuadros C.3 y C.7).
Según estas tasas de sedimentación determinó para el periodo 1934-1978 un volumen de sedimentos acumulados de 46.9 MMC con una pérdida de 5.9% en la capacidad total de almacenamiento. Sin embargo, las proyecciones de pérdida en la capacidad de almacenamiento de agua las estimó en 22.6% para el periodo 1978-2000, en 46.4% para el 2000-2020 y en 81.3% para el 2020-2040.
Estas proyecciones las hizo asumiendo que las áreas deforestadas continuarían aumentando (suposición antes de la creación del Parque Nacional Chagres en 1984) y consecuentemente que la producción de sedimentos seguiría incrementándose conforme aumentara la deforestación (Cuadros C.3 y C.7).
En estas condiciones se infiere que la producción de sedimentos que ocurriría en la subcuenca del embalse Alhajuela en años posteriores sería similar a los sitios con mayor valor en el mundo, como en el caso de Taiwán; en donde se reportan tasas promedio de 13760 t/año/km2. Estas tasas están influenciadas por condiciones naturales como erupciones volcánicas y terremotos, y por actividades humanas como la agricultura y la explotación forestal.
Por otra parte, TVN Noticias informó:
Los resultados del informe de auditoría a la Planta Potabilizadora de Chilibre solicitado por el ex Director del Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (IDAAN), Juan Antonio Ducruet revelan que el gobierno actual conocía de las fallas de esta potabilizadora y de que de un momento a otro podría dejar de producir parcial o totalmente agua potable.
Este informe solicitado por Ducruet fue entregado durante el período de transición a las nuevas autoridades del IDAAN en el gobierno del Presidente Ricardo Martinelli.
Según Ducruet, algo que le hizo sospechar fue que la extracción de lodo no era automática, como se pedía.
En el informe consta que "los operarios se introducen por unos huecos para eliminar el lodo manualmente".
Son muchas las fallas que se enumeran y van desde temas estructurales hasta técnicos, incluso en la página 30 se advierte incumplimiento porque Biwater (empresa inglesa) "no operó la planta piloto tres meses, sino que mostró resultados de 45 días". El informe tenía los correctivos y hasta costos.
El Director del IDAAN, Manuel González Ruiz, renunció de su cargo tras más de 50 días de crisis del agua en la ciudad capital.
Ante estas graves informaciones el pueblo exige que los gobernantes hablen con la verdad. La desesperación crece entre los panameños que no reciben el agua por días y que además dudan que sea apta para el consumo humano. Salen a las calles, las bloquean reclamando respuestas.
La situación es un atentado contra la salud del pueblo y el bolsillo de los humildes que se han visto obligados a destinar recursos para la compras de agua embotellada, mientras que otros irremediablemente consumen el agua que llega y almacenan, en muchos casos sólo en horas de la madrugada, con el subsiguiente aumento de los casos de vómitos y diarreas.
Durante este tiempo los altos funcionarios han mentido descaradamente a la población acerca de cuándo se resolverá la crisis. Han dado diversas fechas, pero la situación lejos de solucionarse se prolonga.
El deterioro ambiental es la principal causa del desabastecimiento del agua y de su pérdida de calidad. Aún así el Gobierno sigue adelante en su propósitos de devastar más al ambiente mediante proyectos como las reformas al Código Minero que han sido aprobadas en primer debate pese a la fuerte oposición de comunidades indígenas, campesinas, de ambientalistas, activistas de derechos humanos y otros grupos populares.
Al parecer estamos ante una crisis que apenas comienza.
A continuación una nota de la NASA:
La deforestación en todo el Canal de Panamá
Terminado en 1914, el Canal de Panamá ha evitado a todos los buques que pasa por él un viaje de 7.872 millas alrededor de América del Sur. Ahora, cada barco tiene un recorrido de 51 millas a través de un intrincado sistema de puertas, cerraduras, y los desagües. Un viaje único a través del canal requiere de 52 millones de galones de agua, y los días ocupados pueden ser hasta 40 viajes. Para el agua que necesita, el canal depende de uno de los mayores lagos artificiales del mundo: el lago Gatún. Para su abastecimiento de agua, el lago Gatún depende de la salud de la selva circundante.
Estas imágenes muestran la parte sur del lago Gatún y el canal, son vistas de octubre de 1986 y mayo de 2002. El agua es azul oscuro a casi negro, la vegetación es verde brillante, las nubes son blancas y desnudas o con escasa vegetación de la tierra en tonos de rosa o rojo. Algunas diferencias en la apariencia de los dos resultados de estas imágenes dan diferentes condiciones de la superficie del agua: como un país ecuatorial, Panamá no tiene el mismo ciclo de cuatro temporadas en las regiones templadas, como Estados Unidos o Europa, pero las lluvias son estacionales. Mayo es el más húmedo de octubre, y los cambios de saturación del suelo como la superficie es reflectante.
Sin embargo, los mayores cambios en las dos imágenes se deben a la deforestación. A ambos lados del canal, los bosques primarios aparecen de color verde oscuro y verde. El mosaico de color rosa brillante y rojo de las tierras deforestadas, que domina la parte inferior izquierda de las imágenes ha crecido considerablemente en los años entre las dos imágenes.
En la selva sana de Panamá, el agua de lluvia satura el suelo, y se alimentan los arroyos que suministran agua al lago Gatún. En las últimas décadas, sin embargo, la tala y roza, tumba y quema se han cobrado la mitad de la selva circundante. Las tierras deforestadas no pueden absorber la región de lluvias tropicales fuertes; el exceso de agua inunda la Represa de Gatún y fluye hacia el mar. El dragado del fondo del lago ha recuperado su capacidad de almacenamiento, pero también obligó a los residentes locales a filtrar el agua del lago o depender del agua potable embotellada.
La sequía de 1990-91 permitió a los panameños ver lo que puede pasar sin agua en el lago Gatún. Operadores del Canal han tenido que limitar los viajes a través del canal a sólo 30 por día. Un número creciente de panameños han expresado su preocupación sobre la viabilidad del canal, si la deforestación continúa.
Fuente: EL PAIS.CR (http://www.elpais.cr/articulos.php?id=40520)
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